En la reciente Semana de la Sostenibilidad de FUNDEMAS 2024, Alpa Pandya, miembro de la junta directiva de Bpeace, subió al escenario para transmitir un poderoso mensaje sobre la importancia de la inclusión como catalizador del crecimiento.
La sostenibilidad a menudo se ha asociado principalmente con la conservación del medio ambiente. Alpa amplió esta definición al hacer hincapié en la importancia de los recursos humanos en el debate sobre la sostenibilidad. «La sostenibilidad no solo tiene que ver con los recursos naturales, sino también con nuestros recursos humanos y la forma en que los utilizamos para hacer crecer nuestros negocios de una manera que beneficie a todos», explicó.
Este enfoque requiere un cambio de mentalidad, en el que las empresas prioricen las prácticas justas e inclusivas para la contratación, la promoción y el desarrollo. Al centrarse en las personas como parte de la ecuación de la sostenibilidad, las empresas se aseguran de contribuir de manera positiva tanto a sus comunidades inmediatas como a las más amplias. Sus puntos de vista destacaron que la inclusión no es solo una estrategia que «es bueno tener», sino también una estrategia esencial para las empresas que buscan prosperar de manera sostenible.
¿Qué es la inclusión social?
La inclusión social es el proceso de mejorar las condiciones en las que las personas y los grupos participan en la sociedad, aumentando su capacidad, oportunidades y dignidad, en particular para las personas desfavorecidas en función de su identidad. Para las empresas, esto significa crear lugares de trabajo que valoren la diversidad de orígenes, fomenten la igualdad de oportunidades y apoyen activamente a personas de todos los ámbitos de la vida.
Por qué la inclusión ya no es opcional
La inclusión ha pasado de ser un valor opcional a ser un imperativo empresarial. Las empresas que dan prioridad a las prácticas inclusivas están mejor posicionadas para lograr un crecimiento sostenible. «Las empresas ya no pueden darse el lujo de ver la inclusión como una casilla más que hay que marcar», afirmó. «Es fundamental para crear un impacto positivo en la comunidad y establecer un marco para el éxito a largo plazo».
Al invertir en prácticas inclusivas, las empresas no solo crean equipos más fuertes, sino que también contribuyen a la resiliencia y la estabilidad de las comunidades en las que operan, estableciendo un modelo sostenible que beneficie a todas las partes interesadas.
El argumento empresarial a favor de la inclusión en el lugar de trabajo: liberar un potencial sin explotar
Los lugares de trabajo inclusivos ofrecen beneficios significativos, como una mayor innovación, una mejor toma de decisiones y un mayor compromiso de los empleados. Los equipos diversos fomentan las soluciones creativas a través de perspectivas variadas, fortaleciendo la imagen de marca y atrayendo a los mejores talentos. Al implementar políticas inclusivas, las empresas pueden acceder a nuevas fuentes de talento, impulsar la innovación y el crecimiento y, al mismo tiempo, aprovechar su capital humano para el desarrollo sostenible.
Los derechos económicos y la brecha global de género
Los derechos económicos se distribuyen de manera desigual en todo el mundo. Aproximadamente 2400 millones de mujeres (el 32% de la población mundial) carecen de los mismos derechos económicos que los hombres debido a barreras como el acceso limitado a la educación, el crédito, la propiedad de la tierra, los servicios legales y de atención, así como la brecha digital. Como afirmó Hillary Clinton, «los derechos de las mujeres son derechos humanos». La brecha mundial de género representa un sorprendente desperdicio de talento, que conduce a pérdidas sustanciales en el potencial de crecimiento e innovación. Abordar estas desigualdades es un paso vital para empoderar a las mujeres e impulsar el crecimiento económico sostenible.
Este potencial perdido nos cuesta a todos
El hecho de no abordar estas disparidades tiene impactos reales y de gran alcance:
- Pobreza extrema: una de cada 10 mujeres vive en la pobreza extrema.
- Inseguridad alimentaria: más del 30% de las mujeres padecen inseguridad alimentaria moderada o grave.
- Inseguridad laboral: casi el 60% del empleo de las mujeres en todo el mundo se encuentra en la economía informal y, en los países de bajos ingresos, supera el 90%.
- Emprendimiento limitado: en 2022, la actividad de las mujeres emergentes fue solo del 10,1%, o el 80% de la tasa de los hombres.
- Riesgo del cambio climático: más del 40% de la fuerza laboral mundial depende directamente del medio ambiente y los ecosistemas, lo que pone sus medios de vida en grave riesgo a medida que aumentan los desafíos climáticos.
Esta pérdida de potencial no solo afecta a las mujeres, sino que limita el progreso económico general. Si se aborda esta disparidad, podría añadir billones al PIB mundial y conducir a una economía mundial más resiliente.
Participación en la fuerza laboral: una perspectiva regional
Los países centroamericanos, incluidos El Salvador, Guatemala y Honduras, tienen tasas de participación en la fuerza laboral más bajas en comparación con Perú y Paraguay, lo que pone de relieve la necesidad de una mayor inclusión. En El Salvador, solo participa el 46% de la fuerza laboral, con Guatemala con un 41% y Honduras con un 50%, en comparación con el 66% en Perú y el 60% en Paraguay. El aumento de la participación en estas regiones, especialmente de las mujeres y los jóvenes, puede catalizar la transformación económica.
Avanzar con la inclusión
Un cambio significativo no ocurre de la noche a la mañana. La implementación de prácticas y políticas inclusivas debe verse como un proceso gradual. Las pequeñas medidas adoptadas de manera constante a lo largo del tiempo pueden sentar las bases de un lugar de trabajo verdaderamente inclusivo en el que todos los empleados tengan la oportunidad de contribuir y prosperar.
Al defender los derechos de las mujeres, abogamos por un futuro mejor para todos. Como dijo Salma Hayek: «Al luchar por las mujeres, luchamos por el futuro. ¿Estás lista para abrazar el poder de la «economía de la mujer» en Centroamérica?
El Consejo Empresarial para la Paz (Bpeace) es una organización sin fines de lucro galardonada que trabaja en comunidades afectadas por la crisis para hacer crecer pequeñas y medianas empresas, crear empleos significativos para todos y expandir el poder económico de las mujeres.